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Ésta es, con mucho, la película más extraña de Jean Renoir: un corto surrealista de ciencia ficción/musical que en su origen iba acompañado de una partitura especialmente compuesta, pero cuya impresión en el DVD carece de la misma. Por lo que se sabe, la película surgió del deseo de Renoir de utilizar imágenes sobrantes de "Nana".
Nuevamente encontramos aquí a la esposa de Renoir, Catherine Hessling, en un papel importante; es una bailarina sexy del futuro que enseña a un explorador negro sofisticado (!) el baile del charleston (en el que finalmente el explorador se demuestra muy dotado). Ahora es muy difícil creer que la danza de Hessling causase un gran revuelo cuando se estrenó, pero así fue. Por desgracia la película no suma mucho a la carrera del Renoir tradicional que conocemos. Además, su premisa no es suficiente para sostener incluso la longitud de dos carretes del filme; con la secuencia de baile prolongada, filmada a distintas velocidades, todo el conjunto se nos muestra como un ejercicio de estilo hueco.
Otros personajes que aparecen en la película incluyen a un mono (falso), que es el único compañero de Hessling en el lugar aparentemente desierto en que aterriza el astronauta de color y, sin ninguna razón aparente, un grupo de ángeles sonrientes (entre ellos el mismo Renoir). El mejor gag de la película es uno que pronto se convertiría en un elemento básico de la animación: en cierto momento, Hessling dibuja un teléfono en una pared y esto se materializa de inmediato en un aparato real.