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Es una película basada en una novela de Manuel Reachi. Tras su discutida película Los olvidados, Buñuel volvía al cine comercial de encargo, y consigue un buen éxito con esta cinta. La película llegó a Europa, y se benefició del prestigio que el director español había obtenido con su anterior película, pero la crítica se mostró perpleja (como ocurriría varias veces más adelante) ante estas producciones alimenticias de Buñuel. La cinta goza cierto erotismo simple que supuso la clave del éxito de la película.
Este filme ocupa el lugar 46 dentro de la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista Somos en julio de 1994.
El film suma un agitado melodrama y una comedia ácida, irónica y mordaz. Pese a la penuria de tiempo que preside su producción y la relativa escasez de medios, Buñuel presenta un intenso y eficaz despliegue de habilidades. Extrae de un reparto reducido actuaciones convincentes y sugerentes, que culminan en dos actuaciones notables, las de Fernando Soler y Rosita Quintana. Desarrolla una narración austera y sobria, exenta de complicaciones y adornos innecesarios, que cautiva y retiene la atención del espectador. Dota al film de vigor narrativo y de belleza visual.
El tratamiento del erotismo se mueve en el terreno de lo sugerido y sobreentendido, con exclusión de imágenes subidas de tono. La escena en la que Susana enseña la herida en la pierna a don Lupe es rápida, distante y fría. El encuentro de Susana con Alberto en el pozo es más sugerente como evocación del juego infantil del escondite que como encuentro erótico. El intento de doña Carmen de castigar con unos latigazos a Susana por el revuelo que los hombres del lugar han montado a su alrededor está sólo esbozado e insinuado.
La condición de joven devoradora de hombres se ajusta menos a la realidad que la de unos hombres rudos, hambrientos de sexo, deseosos de devorar a la chiquilla. Más que una muchacha falsamente inocente que desencadena pasiones incontroladas y conductas masculinas alocadas, la realidad habla de unos hombres que no saben ni quieren mantener la debida compostura frente a una muchacha atractiva y guapa, que de ningún modo representa al diablo.