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"Harto de las imposiciones de los Estudios, que reducían el papel del artista al de un mero empleado, se une al “padre” del cine documental, Robert Flaherty, para ir a filmar a las Islas Felices del Pacífico. El proyecto se basó argumentalmente en el último guión de una trilogía ideada por Flaherty, de la cual ya se habían filmado las dos primeras partes. “MOANA” (1926), rodada en las islas Samoa a su entera satisfacción –una joya del cine documental- y “SOMBRAS BLANCAS DE LOS MARES DEL SUR”, rodada en Tahití pero que, ante imposiciones de la Paramount –que pretendía incluir un romance con actores hollywoodenses-, Flaherty, en su loable intransigencia artística, se retira del rodaje, el que fue concluido por un artesano complaciente. Y, ahora, esta tercera parte, ambientada en la Polinesia Francesa, un difícil proyecto de co-dirección.
El film resultante, “TABU”, es una de las obras más entrañables para los amantes del cine como arte. Si no llega a ser una obra maestra es porque la primera parte resulta algo indecisa como narración en imágenes, probablemente en razón de que, a la hora del montaje, el material rodado fue insuficiente dada las circunstancias de la filmación, con muy estrecho presupuesto y también por el hecho de que, mientras duró la co-dirección, hubo diferencias insalvables entre la concepción fílmica de Flaherty y la de Murnau. El primero de estilo llano, documental, que buscaba el mínimo de manipulación del material, y el segundo, un “hombre de Arte” que se expresaba, por el contrario, a través de una extrema dramatización de la puesta en cámara. El resultado de esas posturas antagónicas motivó, seguramente, discrepancias en el material a rodar y, finalmente, el abandono de la filmación por parte de Flaherty."