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Aquí, Hart abandonó su sempiterno papel de cowboy taciturno para interpretar a un héroe de la guerra que, al volver, tendrá que optar por seguir con la banda que le rodeaba en el pasado o la senda de la rehabilitación. Película de Hillyer muy bien planteada y con un argumento que se sigue con interés durante todo el metraje. Cabe destacar la fotografía, que una copia bastante irregular no nos permite saborear debidamente, y el protagonismo de las empinadas calles de San Francisco, siempre tan fotogénicas.
Excelente también el papel de la madre, aparentemente cruel, que incita una y otra vez a su hijo a descerrajar cajas de caudales, como hiciese antaño. La pelea central entre Hart y el jefe de la banda es de antología y la redención del protagonista nos llega tras un puñado de escenas repletas de acción. La tesitura entre el bien y el mal no está recargada en lo más mínimo y en este aspecto la moralina no hace su aparición. Y Hart demuestra que no sólo "servía" para cabalgar por las grandes llanuras, sino que podía encontrar un hueco en la moderna ciudad sin perder un ápice de su personalidad.
(Eddie Constanti)