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Ripeada por Arupa a partir de un xvid de 1,1 GiB
Norma en acción, esta vez como la modelo de un pintor con genio pero que discurre por sus horas bajas. Norma se droga y el pintor busca su inspiración enamorándose de la hija de su mecenas-marchante. Pero al verse rechazado, el pintor seguirá los malos consejos de su modelo, quien le induce en el camino del paraíso artificial. Pasado un tiempo, se cambian las tornas: Norma se cura de su adicción y, por contra, el pintor va de mal en peor. Por tanto, será necesario ayudarle a salir de este camino equivocado.
Película que se avanza a la exposición de los males de la droga, en una época en que ese tema resultaba bastante "avanzado", por no decir tabú. Aquí se nos muestran cucharillas, métodos para calentar la heroína e incluso alguna jeringuilla. Ojo, estamos hablando de 1916. Esa valentía se le debe adjudicar al director, Chester Whitel como un gran mérito.
La Talmadge está bien retratada como yonqui y el pintor, Tully Marshall, es demasiado mayor para el papel de galán que le obligan a ejercer. Hay también una intriga paralela, referente a una extraña sociedad contraria a las leyes reformistas, que no viene demasiado a cuento pero que ayuda a completar la trama.
Un desarrollo firme, una buena fotografía e interpretaciones ajustadas configuran esta cinta de denuncia avant la lettre que os hará pasar un buen rato.
