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"The Little American" no es, ni de lejos, el papel más memorable de Mary Pickford, como tampoco fue una de las películas más recordadas de Cecil B. DeMille. Ambos ya habían trabajado juntos ese mismo año en "Un romance en los Redwoods" con un resultado harto negativo. Aquí se unieron para dar, de cara al público, un apoyo al esfuerzo bélico que se desataba en esos días. Esta nueva experiencia, aunque fallida, sirvió para que la que aún no era "novia oficial" de América se hiciese con ese título honorífico a raíz de la campaña publicitaria que forjó la prensa tras el estreno de la película.
Las peripecias de la joven Angela Moore y sus devaneos con el francés y el alemán no daban mucho más de sí. Quizá por eso, DeMille cargó las tintas como sólo él sabía hacer en esa escena final con el soldado herido y su enamorada (Pickford) tumbados juntos ante una imagen de Cristo (de la que de milagro no surgen barras y estrellas), mientras los cañones retumbaban en segundo plano. Luego, ese mismo Cristo se eleva sobre un montículo cercano, rodeado de cadáveres de soldados por todos lados. Y para completar la imagen bélico-pastoral, en la escena siguiente, colofón de la película, al enamorado herido se le perdona la vida, cuando lo lógico sería que sus enemigos lo fusilaran. Pero vamos a ver, ¿quién es el valiente que se atreve a fusilar al prometido de la novia de América?