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Esta historia simple pero agradable sirvió como uno de tantos vehículos para que Mary Pickford desempeñase el tipo de papel que la hizo popular. Aquí, es una joven heredera que intenta acostumbrarse a su nuevo entorno en una escuela para niñas, cuando una tragedia repentina lo cambia todo. No hay gran cosa más en la trama y gran parte del tiempo filmado se utiliza simplemente para mostrar lo encantadora que puede ser la joven Sarah (Pickford). Ésta, por supuesto, sabe cómo hacer que su personaje sea simpático. La mayoría de los otros personajes son simples figurantes, a excepción de un joven Zasu Pitts, que tenía bastante protagonismo. No es una de las películas más redondas de Pickford, pero sí una manera agradable de pasar poco más de una hora.
A este comentario, extraído de IMDb, nosotros añadiríamos que, a pesar de que la película discurre mayoritariamente en un orfanato y que la trama está cargada de aspectos trágicos, el azúcar que desprenden muchas de las acciones de la protagonista acaba resultando bastante empalagoso.
