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Serial estadounidense de diez capítulos y 185 minutos de duración, restaurado recientemente y producido con más medios que otros realizados en los años veinte, se nos ofrece con los episodios unidos en una sola cinta. Como todo serial que se precie, éste combina trazas de misterio, de acción y de romanticismo, incluyendo a un grupo de personajes a cual más "sospechoso", para llevar a confusión al espectador. El pobre protagonista es atacado, golpeado, atado al más puro estilo BDSM, estrellado con su aeroplano, burlado y testigo del rapto de su novia. En el final de cada capítulo parece que "chico" o "chica" deben morir sin paliativos, pero el inicio del siguiente nos depara una salida que parecía impensable. Hay un mayordomo que pasa las tres horas espiando a sus señores tras las cortina, y la faz del "piloto X" no se nos desvelará hasta cinco minutos justos antes del final.
Ameno y bien realizado, el serial tiene su principal baza en las escenas aéreas, abundantes y filmadas con buen estilo. Por contra, en los primeros planos de personajes volando se advierte demasiado que el fondo del cielo es falso, pintado sobre papel; también la "cueva" donde se citan los malos peca de ese defecto: el cartón pintado luce a sus anchas en las supuestas paredes. Con todo, la espectacularidad de los planos aéreos y la buena calidad de la copia lo eximen de pecadillos menores. Ahora sólo queda que vosotros escudriñéis el rostro casi completamente cubierto del "piloto X" durante toda la cinta y hagáis vuestra quiniela particular sobre quién puede ser.
Eddie Constanti