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Ben Turpin
Trabajó en el vodevil, en el género burlesco y en el circo. Turpin tenía una apariencia distintiva, con una constitución enjuta, un gran mostacho y ojos bizcos. El famoso estrabismo de Turpin, según él decía, tuvo su origen en su juventud, a causa de un accidente. Turpin estaba convencido de que su estrabismo era esencial para su carrera cómica; sus compañeros de trabajo recordaban que cuando recibía algún golpe en la cabeza, se miraba en un espejo para comprobar que seguía siendo bizco. Turpin llegó a asegurar su estrabismo en 25.000 dólares con la compañía de seguros Lloyd's de Londres.
Trabajó para la Essanay (además de actor fue conserje de la productora) y luego con Sennett, cuando ya era una estrella consagrada. Entonces se decía que cobraba tres mil dólares a la semana. Se retiró en 1924 para cuidar de su esposa enferma. Más tarde, ya en el sonoro, trató de reeditar éxitos anteriores, sin lograrlo. Falleció en 1940, olvidado por la industria que tantos bienes había recibido por su pase en la pantalla.
(Eddie Constanti)
La película
Ben Turpin interpreta a un mujeriego europeo que se encuentra en Estados Unidos. En un tren llama la atención de una joven (Thelma Hill) que intenta desesperadamente conseguir marido. Cuando la atrapan coqueteando con él, su padre, que va armado (Andy Clyde), exige que los dos se casen. "El orgullo de Pikeville" es un corto de dos rollos de Mack Sennett que debería haberse limitado a la mitad. A medida que reviso sus cortos de esta época, es bastante claro que muchos de ellos simplemente no cuentan con suficientes risas para cumplir un tiempo de ejecución de veinte minutos. Sospecho que si tomaras los gags que funcionaron y los pusieras en una película de diez minutos, al final sería mucho más entretenida.
Hay algunos momentos divertidos dispersos, pero la mayoría son tomas de Turpin bizco pareciendo serio o tratando de dar a las mujeres una apariencia sexy. Hay un par de gags conseguidos durante una secuencia en la que algunos tipos malos intentan subirse al tren, pero todo lo demás es prácticamente un error. Turpin ofrece el tipo de actuación que esperarías ver de él. Disfruto viéndolo, pero no hay duda de que no siempre obtuvo el mejor material. Clyde tiene algunos momentos agradables, pero no los suficientes para salvar la película.
Turpin no era un atleta consumado y maestro del gag, como Keaton, ni un as de la pantomima, como Langdon o Laurel, ni un cómico integral, como Chaplin. Por lo tanto, la comicidad de sus películas se basaba sobre todo en la parodia. La degradación cómica de los grandes amantes de la pantalla, como Valentino o Gilbert provocaban la complicidad del público. En este caso, el tipo parodiado es el seductor canalla encarnado por Stroheim en Foolish Wives.
En cuanto a la estructura de las películas de dos bobinas, era habitual que cada una de las dos partes desarrollara una situación distinta con los mismos personajes. No había entonces tres actos, sino uno primero que los sajones suelen llamar "build-up" -que no tiene nada que ver con la exposición aristotélica- y otro en el que se llevaba al paroxismo la persecución, destrucción o catarata de gags que constituyen la esencia del slapstick, como bien dice Eddie. Además, a la altura de 1927 todos los cómicos de primera línea se habían pasado al formato largo y habían producido obras maestras con desarrollos algo más sofisticados.
Aquí, la huida final queda reducida a una breve carrera por un doble de acción, lo que provoca esa sensación de comedia desaprovechada, como comenta el usuario de IMDb. O sea, que es verdad que el resultado se queda algo corto, pero también que los motivos hay que buscarlos en el contexto, creo yo.