Comentarios
Un delicioso western que nos llega en una copia excelente, con música al estilo de Frank Perry y que tiene dos alicientes añadidos: el cameo de Buster Keaton (veremos si lo descubrís) y un enternecedor homenaje final a William S. Hart. En la presentación de KG se nos dice:
[...] Si sólo estás familiarizado con Roscoe "Fatty" Arbuckle en relación con el escándalo de Hollywood que destruyó su carrera (a pesar de su inocencia), te estás perdiendo el trabajo de uno de los mejores comediantes de la era del silente. Arbuckle fue uno de los pocos actores que pudo compartir la pantalla con Charles Chaplin (sobre todo en el corto de 1914 "The Rounders") y no quedar completamente eclipsado; y Buster Keaton consideraba que Arbuckle era tanto un amigo como su mentor.
Roscoe Arbuckle lanzó la carrera cinematográfica de Keaton al contratarlo para sus gags y como cómico de reparto en una serie de comedias breves entre 1917 y 1920. Durante ese tiempo, Keaton aprendió la mecánica de la realización cinematográfica de Roscoe y finalmente se convirtió en el segundo director de los cortometrajes de éste. Sin la tutela ni la voluntad de Arbuckle de compartir el centro de atención con Buster en la pantalla, Keaton no habría podido avanzar a la categoría de estrella en sus propias comedias cortas, cuando Arbuckle dio el salto a los largometrajes. Sorprendentemente, cuando Roscoe Arbuckle se pasó a los largos decidió apartarse de la fórmula que lo convirtió en una estrella.
Arbuckle había comenzado como actor de teatro y cantante, interpretando material que iba desde papeles dramáticos hasta actos de variedades y de vodevil. Mientras que el público lo veía como "Fatty", el payaso vulgar y burlón, Roscoe sabía que era capaz de más y estaba ansioso por demostrarlo. En los largometrajes, Roscoe descartó en gran medida las payasadas, a favor de la comedia ligera que surgió orgánicamente del personaje y las situaciones. Es más, estaba más que feliz de salir de su zona de seguridad. En consecuencia, el primer largometraje de Arbuckle fue, entre otras cosas, un western dramático.
En "The Round-Up", Arbuckle interpreta al sheriff William Henry Harrison Hoover, conocido cariñosamente por los habitantes de Lone Pine como "Slim" [delgado]. A pesar de la figura robusta de Slim (Arbuckle solía pesar 120 kilos), aquí es un sheriff capaz, ingenioso y rápido. Slim Hoover es respetado por la gente del pueblo, pero el amor de una buena mujer se le escapa y gran parte de la trama está relacionada con un par de melodramáticos triángulos amorosos. Aún así, no hay escasez de acción, ya que Slim se ve obligado a enredarse con un bandido mestizo (familiar y feo Wallace Beery) y una banda de indios renegados para liberar a un hombre de un asesinato que no cometió.
Arbuckle demuestra ser un actor dramático capaz y una estrella de acción eficaz. Es tan ligero de pies y tan hábil físicamente que es fácil compararlo como un héroe del western. Siempre que Arbuckle o Beery están en pantalla, la película canta. Desafortunadamente, las subtramas románticas son bastante vulgares y muchos de los actores secundarios no causan gran impresión. De hecho, los dos protagonistas más convencionales de la película, Tom Forman y Edward Sutherland, sabiamente dejaron la actuación por carreras más distinguidas como directores de cine. También existe cierto racismo menor (en el sentido de que se asume automáticamente que el personaje de Beery es un villano debido a su sangre mestiza), lo que no era inusual para las películas de la época. Sin embargo, incluso cuando la historia decae durante las partes de la narrativa sin Arbuckle, el público aún puede disfrutar de la belleza de esta película de hace cien años. [...]
(Eddie Constanti)
