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Película de la época americana de Tourneur, que nos ofreció klevi66 y que nos llega por medio de una restauración que no podemos por menos que calificar de extraordinaria. A nosotros nos ha encantado. Pocas veces podréis asistir a una amalgama de imágenes naturales (gran parte de la cinta está filmada en exteriores -bosques, ríos, exuberante vegetación), en perfecta consonancia con el lirismo del drama que se nos describe. Y además Tourneur sabe presentar el producto sin que la trama se complazca en la truculencia de historias de esta índole, archirrepetidas en el cine.
El esquema del guión está claro: encuentro de la pareja - despedida - vicisitudes distintas para cada miembro de la misma y reencuentro cuando una y otro se daban por perdidos y en unas circunstancias ciertamente peculiares. Tourneur mueve todos sus peones con una destreza milimétrica, nos sorprende con un giro inesperado de la trama e incluso utiliza el recurso del elemento "azar", tan poco creíble en no pocas películas y que aquí, sin embargo, sirve de encaje perfecto para esta historia de amor y sacrificio.
La fotografía es espléndida y los encuadres están elegidos a las mil maravillas. En el papel de Marcène, Mary Alden borda su cometido. Sin embargo, su pareja, Lew Cody, es claramente el elemento más flojo de la función: deambula con un aire pasmado durante todo el metraje y ni siquiera en los momentos de mayor tensión logra transmitirnos el más mínimo sentimiento. Y otra curiosa que cabe destacar es que, a pesar de tratarse de un relato "al aire libre", sus imágenes nos producen a menudo una sensación cerrada y claustrofóbica.
(Eddie Constanti)