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Tigre real


General

Titulo original: Tigre reale
Nacionalidad: Italia
Año de producción: 1916
Género: Drama

Otras personas

Director: Giovanni Pastrone
Escritor: Giovanni Verga
Productor/Estudio: Itala Film
Compositor:
Fotografia: Segundo de Chomón; Giovanni Tomatis

Funcionalidades

Duración: 80
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: TV
Soporte: DivX
Tipo archivo: AVI
Calidad imagen: Buena-Regular
Peso: 700 Mb

Reparto

  • Pina Menichelli
  • Alberto Nepoti
  • Febo Mari
  • Valentina Frascaroli
  • Ernesto Vaser
  • Enrico Gemelli
  • Bonaventura Ibáñez
  • Gabriel Moreau

Sinopsis

Una emigrante rusa, la condesa Natka, tiene un romance con Giorgio La Ferlita, un diplomático. Durante uno de sus encuentros amorosos, la condesa Natka le cuenta la historia de su vida en Rusia, que amó a Dolski, un hombre humilde con ideas revolucionarias, a quien su celoso marido envió al exilio en Siberia.

Comentarios

Para mi modesto gusto, "Tigre reale" es la obra maestra de Giovanni Pastrone, la apoteosis de su límite artístico, el summum del amor fou, a la altura de la mismísima "Dama de las camelias". La puesta en escena es prodigiosa, los decorados impresionantes y, en el aspecto técnico, tal vez os sorprenda descubrir movimientos de cámara en travelling --incluso uno circular--, elegantes zooms hacia un objetivo concreto y la utilización de trucajes que podría envidiar mister Griffith (el incendio final parece sacado de "San Francisco"). Sin embargo...
Sin embargo todo este compendio de bondades cinematográficas está, pura y exclusivamente, al servicio de un nombre de mujer: Pina Menichelli. Ella lo es todo, ella "se come" a todos, incluso al mismo guión; ella es la reina y señora de este tremendo melodrama.
Vedla ya en su primera aparición: barbilla levantada, mirada perdida, orgullosa y radiante como una ardiente llama; toda una carta de presentación.
Y luego llora, gime, se ríe, gesticula, juega con su enamorado, se desploma --tratando siempre de tener al galán muy cerca para que la sostenga debidamente--, relata su historia en un mágico flashback y... lo que se le antoja. Porque, ¿sabéis a qué se debe su aparente frialdad con los hombres? Naturalmente, a un gran amor perdido. ¿Y qué le quedó de ese amor? La tisis. Sí, sí, amigos, la condesa es tísica, como Margarita Gautier.
Prodigio de interpretación, apenas reparamos en su pretendido amante, ni siquiera en el gran amor que perdió ("Él murió allí; yo todavía
estoy muriendo..."), el excelente Febo Mari, que aquí, en su papel de rebelde polaco, debe dejar paso al ciclón Menichelli. Y no tengáis en cuenta ese final a todas luces "postizo", posiblemente impuesto al director. Ella es mala pero buena, ella ha sufrido y debe morir para librarse de un mayor dolor, ella está tísica e, irremediablemente, debe acabar sus días en brazos del nuevo amante.
Espectáculo en mayúsculas, sorpresa para quienes no la hayáis visto, entrad en casa de la condesa y vedla amar, sufrir y morir. Se os encogerá un poco el corazón, aunque para bien.