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De las tres versiones rodadas simultáneamente, la checa, la inglesa (Tonka of the Gallows) y la francesa (Tonischka), no sobrevive más que esta última.
Ya con el sonoro a pleno rendimiento en muchos países, Karel Anton nos ofrecía esta bellísima y trágica película hacia la que ahora pedimos vuestra atención. Tiene elementos suficientes como para considerarla, quizá, como la última gran producción checa del silente, antes de que el cine de su país iniciase su andadura por el citado sonoro.
Muy bien fotografiada y mejor planificada, la cinta sigue la trayectoria de esa Tonischka que buscaba salir de la miseria en la ciudad y al final tuvo que caer en la misma red de infames servicios personales al género masculino, como tantas otras. La secuencia cumbre, cuando acepta ser "la última voluntad" de un preso antes de morir, está llevada con delicadeza y ternura. Sus compañeras de profesión se mofarán de este hecho y la torturarán hasta que ella decida volver a su pueblo, tal vez esperando una última oportunidad de ser feliz.
Ita Rina, la sensible intérprete del "Erotikon" de Machaty e icono de belleza en la Europa Central de los años veinte y treinta, es la acertada protagonista. Junto a ella se mueve un buen plantel de actores/actrices, entre los que destaca la inolvidable Vera Baranovskaya de "La madre", aquí también como madre, pero esta vez de Tonischka. Es éste un título que os ofrecemos con especial ilusión por sus muchas cualidades y por la sorpresa que os podéis llevar.