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El primer adjetivo que nos viene a la cabeza al hablar de ella es el de "pionera", pero sólo con decir esto nos quedamos muy cortos al describir su trayectoria. La gran señora del cine francés y mundial, tuvo la sana "osadía" de plantear al mismísimo Lumière su idea de realizar películas con argumento. El ilustre francés no quiso saber nada de ello: para él sólo existían los documentales y los reportajes. Así que, dentro de la Gaumont, Alice inició su andadura con temas religiosos, culturales, sociales, dramáticos y sentando además las bases para el futuro género del cine policíaco. En otras palabras, creó el cine tal como hoy lo conocemos. El mismo Lumière y de Chomón, por ejemplo, siguieron sus descubrimientos al ver el enorme éxito que conseguían sus películas.
En la cumbre de su fama se casó con Herbert Blaché, un camarógrafo que trabajaba para la Gaumont británica. Y en 1907 ambos se trasladaron a Estados Unidos, donde él ya había trabajado. Feuillade la sustituyó en la Gaumont. En tierras yanquis, Alice hizo sus "Américas" ¡y de qué forma! Creó su productora, la Solax Company, realizó diversas películas con los principales actores norteamericanos de la época y al regresar a su país contaba con más de seiscientas obras en las que, poco o mucho, ella había intervenido. Erróneamente, muchos de esos filmes se han atribuido a su marido. De nuevo en Francia, no encontró financiación para sus trabajos, por lo que tuvo que volver a Estados Unidos, donde residió hasta su muerte, en 1968.
En 1953 se le concedió la Legión de Honor y a partir de entonces su nombre quedó silenciado durante décadas. George Sadoul tuvo que "inventar" un título para ella, ya que el de "primer director del cine" ya estaba dado. Así que Guy-Blaché pasó a ser "la primera directora del cine".
El estilo de Guy-Blaché era directo y enérgico. En cuatro trazos desmenuzaba a sus personajes y no se andaba por las ramas al describir las virtudes y defectos tanto de hombres como de mujeres. Sus temas eran actuales (para esos años), inteligentes y críticos. En "Algie, the miner", por ejemplo, presentaba a un afeminado en pleno Oeste, besando a más de un rudo cowboy.