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A Romance of Happy Valley, la primera película Artcraft que sobrevive, ha sido descrita adecuadamente como una lucha interior entre el bien y el mal, la fidelidad y la traición, la sencillez y la astucia. Se rueda en el verano de 1918, en el momento en que el fanatismo bélico alcanzaba en Estados Unidos su punto culminante.(...) Es posible entonces ver A Romance of Happy Valley como una película de guerra y como un prodigio de sutileza al respecto. No hay alusiones a la guerra y al ejército, pero los temas bélicos se sugieren continuamente tras los motivos pastorales y los problemas del frente interno se disimulan dentro de una resolución cómica. El género pastoral siempre ha sido la forma privilegiada de la elegía, pero en esta película Griffith lo emplea en función de la guerra...
