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Argumento ya llevado al cine catorce años antes, en una película dirigida por August Blom e interpretada por Valdemar Psilander ("Revolutionsbryllup", 1914). Esta versión, dirigida por A. W. Sandberg, es muy superior a la anterior.
Se trata de una sensible historia de amor imposible que tendrá lugar en una sola noche, ya que al amanecer el destino ha previsto que los enamorados se separen. No vamos a dar más detalles de la trama, pero sí os adelantamos que la película está contada con un romanticismo sublime, aunque nunca llegue a caer en la cursilería. A. W. Sandberg, el director, que por entonces, cerca ya del sonoro, era uno de los bastiones más destacados del cine danés, lleva el relato hasta extremos límite con elegancia e imágenes plenas de lirismo, como las secuencias entre la esposa olvidada y el teniente coronel enamorado de ella.
Gran parte de la eficacia de la obra se debe a la presencia de un Gosta Ekman espléndido en el papel principal. Ekman, uno de los mejores artistas daneses de la historia (recordémoslo en "Klovnen" y en "Intermezzo", junto a Ingrid Bergman), compone un personaje repleto de matices, de silencios llenos de sentido y de variaciones de carácter que uno pueda recordar. A su lado, Diomira Jacobini es la maravillosa esposa desdeñada por su marido; y la chispeante Karina Bell, como la doncella de Alaine, saca adelante su papel con nota de sobresaliente.
Para los que aún creáis en el amor y también para los desengañados en amores, os proponemos dedicar un tiempo a esta película. Apuesto un guisante a que nadie quedará defraudado.
(Eddie Constanti)
