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Es una lástima que sólo se conserven 14 de los 77 minutos totales de la película, pero por lo menos podemos disfrutar de algunos minutos más del maestro. De hecho, hasta 1999 esta película se creía totalmente desaparecida.
Esta película, inspirada en la serie de comedias estadounidenses interpretadas por Wallace Beery y Raymond Hatton, es un ejemplo típico del primer Ozu, que siempre fue un gran amante del cine estadounidense. La película original tenía 2.114 metros, pero de éstos sólo han sobrevivido 393. La versión que presentamos proviene de una copia en 9.5 mm.
En la película hay momento muy divertidos, y también otros planos que luego serán recurrentes en toda la obra de Ozu, como por ejemplo los preciosos planos de los trenes a vapor que nos regalaba en prácticamente en todas sus películas.
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Siendo estudiante, Ozu se afincó en la prefectura de Mie, de donde era originario su padre y donde, según dijo, descubrió el cine al quedar muy impresionado al ver "Civilization", de Thomas Harper Ince. Tras terminar sus estudios en la escuela de Ujiyamada de la ciudad de Mie, trabajó como profesor suplente un año en la escuela primaria Lidaka antes de regresar a Tokio, donde, en 1923, gracias a una recomendación de su tío, empezó a trabajar en los Estudios Shochiku, en Kamata.
Allí empezó como ayudante de fotografía, pero a los tres años se hizo ayudante de dirección de Tadamoto Okubo. En 1927 se estrenó como director de un drama de época (el único de su filmografía), Zange no yaiba ("La espada de la penitencia"). Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo destinado en China. Cuando terminó la contienda se encontraba en Singapur, donde le hicieron prisionero. En 1947 volvió a la actividad con su guionista Kogo Noda; otros colaboradores regulares suyos fueron el cámara Yuharu Atsuta y los actores Chishu Ryu y Setsuko Hara.
Como director era reconcentrado y perfeccionista. Se le considera como uno de los directores más "japoneses" y, como tal, su trabajo raramente accedió al extranjero antes de la década de los sesenta. No empleó el sonido hasta 1935 ("¿Para qué buscar el ruido, cuando reina el silencio?", decía). Su plano característico era el tomado desde sólo unos 90 centímetros sobre el suelo, esto es, el punto de vista de un adulto sentado sobre un tatami. También fue un firme defensor de la cámara estática y las composiciones meticulosas, donde ningún actor dominase la escena. Tras recibir numerosos galardones, en 1961 se celebró una retrospectiva de sus películas en el Festival de Cine de Berlín, donde el director y su obra recibieron la atención mundial.
Rodó un total de 53 películas, 26 de ellas en sus primeros cinco años como director. Y todas, menos tres, con los estudios Sochiku. Murió de cáncer en su sexagésimo cumpleaños, cuando se encontraba en el punto culminante de su fama. Tras su muerte, la fama de Ozu alcanzó cotas aún más altas y su obra sigue influyendo en directores tanto de Japón como de otros países, como Jim Jarmusch, Wim Wenders, Claire Denis, Aki Kaurismäki y Hou Hsiao-Hsien. Al fallecer, su actriz favorita, la maravillosa Setsuko Hara, abandonó también el cine: su gran maestro y amigo ya no podía estar junto a ella. Además, Hara había dicho en más de una ocasión que "hacer películas no le interesaba demasiado, pero tenía una familia que cuidar y ésta era una profesión como cualquier otra".