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Basada en la obra de Wilson Collison y Otto A. Harbach, la película no esconde en ningún momento su procedencia teatral y a pesar de ello apenas aburre. En 1944 Allan Dwan realizó un remake con Marjorie Reynolds, Dennis O'Keefe y Gail Patrick. Aquí dirigió la función E. Mason Hopper, sin demasiadas complicaciones. La pareja protagonista... bien, supongo que os pareceremos repetitivos, pero de nuevo encontramos a Harrison Ford, acompañado por Marie Prevost (volvieron a coincidir en "A Blonde for a Night", también en este ciclo).
La trama escenifica claramente un vodevil desde el principio, con esa prenda femenina que compra Ford a su esposa (una negligé transparente muy sugestiva). Esa prenda, que irá de mano en mano durante toda la función, creará no pocos malentendidos y situaciones picantes ("Pensar que nunca me lo verá puesto...", dice Marie Prevost, compungida). La parte final de la película es un puro disloque, con todos los protagonistas subiendo y bajando escaleras y entrando y saliendo de habitaciones dentro de la misma casa. Hay manguerazos imprevistos, gente que se esconde bajo las camas y la dichosa prenda que incluso sirve para "vestir" a un señor. No os decimos más. Vedla, os lo pasaréis bien.
(Eddie Constanti)