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Edward Sloman firmó cerca de ciento cincuenta películas a lo largo de su trayectoria como director, actor, asistente y guionista. En esta ocasión nos ofrece la historia de Jane y James. Él, James, es un inventor en ciernes y necesita dinero para perfeccionar su aparato, un antecedente directo de lo que hoy conocemos como videoconferencias (¡la producción data de 1925!). Ella le ayuda a triunfar, le anima a no ceder y se casa con él. Tienen una hija simpatiquísima (excelente pequeña actriz) y, con el tiempo, ya en la cima de la fama, James se lía con la esposa de un amigo y se olvida de su familia y de sus negocios. Jane deberá intervenir y de una forma genial. Lo veréis si os apetece descargar este filme.
Imágenes dinámicas y montaje acertado, la moraleja de la película podría resumirse en aquel refrán de todos conocido: "Quien bien te quiere te hará llorar". La triunfadora de la sesión es Jane, Virginia Valli, encantadora e implacable a la vez. Y no nos olvidemos de su "hija", Un prodigio de naturalidad a sus seis años. Por tanto, trama sencilla y muy entretenida, pero con un colofón que tiene su enjundia. Vale la pena dedicarle los setenta minutos que dura.