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Tradicionalmente establecida entre 1917 y 1923, situada por algunos en 1916 e incluso en 1913, ésta ha sido la llamada Edad de Oro del cine sueco, debido concretamente a la aparición del film de Victor Sjöström "Terje Vigen"(1917). La película supuso, para una gran mayoría de historiadores, el inicio de una nueva política por parte de la productora Svenska Bio, donde primaba la calidad a la cantidad de films realizados.
Junto a Magnusson, Sjöström y Stiller, otras figuras ayudaron a acrecentar el cine sueco. Así, el director de fotografía Julius Jaezon impregnó su genialidad en muchas de las obras de la época a través de efectos auténticamente novedosos para su tiempo, como la doble exposición, tan bien evocada en un filme como "La carreta fantasma" (1921), para representar las figuras espectrales o el abandono del alma de un cuerpo moribundo. Y entre muchas otras figuras cabría citar a una actriz, Greta Lovisa Gustafsson, descubierta por el cineasta Mauritz Stiller en el filme "La leyenda de Gösta Berling" (1924), cuyo éxito, la llevó del cine escandinavo a Hollywood, y que todavía sigue siendo recordada hoy en día, aunque por otro nombre, el de Greta Garbo.
La neutralidad de Suecia durante la Primera Guerra Mundial contribuyó también, aunque fuese de forma indirecta, a la creación de esta Edad de Oro, al encontrarse la industria cinematográfica sueca sin apenas competidores. Pero a comienzos de los años veinte, el cine sueco fue víctima de su propio éxito. La marcha de personajes como Sjöström, Stiller o el actor Lars Hanson en dirección a Hollywood dejó la industria cinematográfica sueca huérfana de nombres importantes. Lejos de su país natal, los nombres de estos exiliados suecos que tanto enarbolaron el arte del cine en su patria, no brillaron con tanta fuerza, a excepción de obras maestras como "El viento" (1928) o éxitos como el del actor Lars Hanson (que tuvo que regresar a su Suecia natal, por su acento inequívocamente sueco).
Con el paso de los años esa época ha quedado olvidada por muchos aficionados al cine y aunque su reivindicación es necesaria, la dificultad para acceder a esos títulos es una traba importante.
La película
Esta película sueca de tres bobinas, "Venganza", ya era una producción anticuada cuando se estrenó, en 1917. Su dependencia del encuadre de planos largos y el escaso uso de la disección de escenas es similar a las películas que hemos visto del contemporáneo sueco Georg af Klercker y que las obras muy superiores de Victor Sjöström y Mauritz Stiller. Es el tipo de cine que casi todo el mundo hacía unos años antes, pero que muchos, si no la mayoría, habían superado desde entonces. El director es Konrad Tallroth, finlandés, que también protagoniza la cinta.
El guión ofrece un drama bastante elaborado pero poco interesante de un hombre falsamente condenado por malversación de fondos y que escapa de la prisión con, sobre todo, la ayuda de un niño. Igual que con otras dos películas suecas de 1917 que hemos visto recientemente ("La chica de Marsh Croft" y "El vicario suburbano"), ésta presenta una escena en la sala de un tribunal. Aquí se trata de la escena inicial, donde el protagonista es condenado. De las escenas de estas tres películas, la de aquí es la que menos interés tiene. Sin embargo, hay un par de otros aspectos interesantes de esta producción. La escena culminante está editada de una manera que ni siquiera se advierte que alguien ha recibido un disparo; solo después de la escena se dice que un hombre fue asesinado a tiros y se revelan los detalles (aunque probablemente éste hubiera sido un momento adecuado para que el director usara un efecto de sonido de disparo). Quizá se deba a que estos primeros cineastas querían evitar representar visualmente un acto tan violento.
Más interesante es el uso de espejos para mostrar personajes, que de otro modo estarían fuera del marco entrando y saliendo de las habitaciones. A través de un espejo vemos al protagonista entrar por primera vez durante la escena cumbre de la venganza. Esta práctica de usar espejos en lugar de editar era algo que el cine danés de principios de la década de 1910 usaba con especial frecuencia.
