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"El libro [que escribió] Gide criticaba abiertamente el colonialismo francés y los intereses financieros de ese país europeo en sus colonias africanas, pero el documental de Allégret se centra más en los aspectos antropológicos y etnológicos.
En esos últimos años del silente, ver 'Voyage au Congo' fue una especie de ejercicio esclarecedor, una excelente oportunidad para que el público curioso descubriera diferentes culturas, costumbres y comportamientos. El público vio la película sin referencia a asuntos políticos o controversia alguna. En cambio, vieron a varias tribus africanas y conocieron cuál era su vida cotidiana (agricultura, cosecha) y sus propias costumbres individuales (sus veladas y bailes especiales, rituales matrimoniales, etcétera).
'Voyage au Congo' es un ejemplo interesante del género documental gracias a su aspecto didáctico, pero debe tenerse en cuenta que inherentemente a este género existe la 'impostura documental' o manipulación de la realidad, inofensiva en esta obra que cubre situaciones cotidianas y usa esas imágenes solo para intereses artísticos (el proceso de compromiso, algunas danzas y costumbres tribales) y en aras de aspectos ilustrativos de la película, algo que es más terrible en otros casos, cuando el director cambia o subvierte la realidad para servir a su propio interés".
