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Ripeada por Arupa a partir de un xvid de 1,1 GiB
Premios
1931: Oscar: Nominada a Mejor dirección artística
1932: National Board of Review (NBR): Top películas extranjeras
1932: Festival de Venecia: Sin carácter competitivo
Segundo film sonoro de René Clair, que se muestra muy crítico con la deshumanización típica de la era industrial. La película inspiró a Charles Chaplin y sus Tiempos modernos –piénsese en las escenas de la cadena de montaje–, hasta el punto de que el ministro de propanganda nazi Joseph Goebbels impulsó una demanda por plagio que no prosperó, gracias en gran medida al propio Clair, que se sentía feliz de haber influido en el gran cómico.
El film arranca con dos amigos en la cárcel, que intentan fugarse. Uno lo logra y ya libre se convierte en un tipo rico, dueño de una fábrica; mientras que el otro debe cumplir su condena, y una vez en la calle apenas logra que su antiguo compañero le acoja. Finalmente prevalecerá la amistad, por encima de los intereses puramente materiales. En cualquier caso, lo sobresaliente del film de Clair es su musicalidad, un ritmo asombroso, al servicio de una pequeña gran parábola sobre las cosas que verdaderamente importan en la vida.