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Delicioso corto de apenas once minutos, que reúne toda la esencia de la inocente maldad y al mismo tiempo bondad de los niños, en esa edad en que no son capaces de discernir la diferencia entre una y otra. Personalmente me ha emocionado por la sencillez, falta de pretensiones y, a la vez, la profundidad del mensaje que nos aporta. Véase, en concreto, esa escena en que la niñita blanca amiga de Lindy pretende "lavarle" la cara de su negro natural, para que el resto de los escolares no la discriminen.
Actriz en ochenta y dos películas (donde incluso interpretó a un chino con mostachos), Lule Warrenton, la directora, tuvo su propio estudio mientras trabajaba en la Universal. Su obra como realizadora es corta y casi siempre se centra en las figuras infantiles. Activista feminista reconocida, en ningún lugar se recuerda el nombre de su marido y sí el de sus dos hjos. En Hollywood se la solía llamar "mamá".
Eddie Constanti