Personal
Valoración personal: | ![]() |
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General
Titulo original: | Yôjinbô |
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Nacionalidad: | Japón |
Año de producción: | 1961 |
Género: | Acción |
Otras personas
Director: | Akira Kurosawa |
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Escritor: | Akira Kurosawa; Ryuzo Kikushima |
Productor/Estudio: | Toho Company |
Compositor: | Masaru Sato |
Fotografia: | Kazuo Miyagawa |
Funcionalidades
Duración: | 110 |
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Pistas de idioma: | Castellano; Japonés |
Idiomas de los subtítulos: | Castellano |
Modo de color: | Blanco y negro |
Fuente ripeo: | BR |
Soporte: | x264 |
Tipo archivo: | MKV |
Calidad imagen: | Excelente |
Peso: | 6,9 Gb |
Reparto
- Toshiro Mifune
- Eijiro Tono
- Yôko Tsukasa
- Isuzu Yamada
- Daisuke Katô
- Kamatari Fujiwara
- Takashi Shimura
- Seizaburo Kawazu
- Hiroshi Tachikawa
- Tatsuya Nakadai
- Yôsuke Natsuki
- Eijirô Tôno
Sinopsis
En el Japón feudal del siglo XIX, un samurai llega a un pequeño poblado donde dos bandas rivales luchan entre sí por el control de la ciudad. Los jefes de ambos bandos han contratado a sus propios mercenarios para que acaben con el enemigo, pero pronto el recién llegado da muestras de ser un guerrero invencible, por lo que las dos bandas enfrentadas desean contratarle. El samurai espera a ver quién hace la mejor oferta por sus servicios.
Comentarios
En otro archivo Que Grande es el Cine, de José Luis Garci. Programa 314. Presentación y coloquio.
Fecha de emisión: 15-julio-2002. Invitados: Antonio Giménez-Rico, Clara Sánchez y Juan Antonio Porto.
Premios
1961: Festival de Venecia: Mejor actor (Toshirô Mifune)
1961: Nominada al Oscar: Mejor vestuario (Blanco & Negro)
Se optó por el tono autoparódico y el ritmo ligero, casi diría que convencional, para interpretar el final del japón feudal y la figura del samurai. El dinero y la codicia vienen a sustituir los códigos del honor (si es que existieron alguna vez más allá de la literatura), síntoma inequívoco de modernidad. Otros hubiésemos preferido lo crepuscular y melancólico para retratar el mismo asunto. Manías de cada cual. Kurosawa no era un nihilista como Peckinpah, ni un gamberro como Leone. En cualquier caso, las imágenes siempre portentosas, la música, y la poderosa presencia de Mifune garantizan el pasaporte a la posteridad.