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You'd Be Surprised


General

Titulo original: You'd Be Surprised
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1926
Género: Comedia

Otras personas

Director: Arthur Rosson
Escritor: Jules Furthman; Robert Benchley; Ralph Spence
Productor/Estudio: Paramount Pictures
Compositor:
Fotografia: William Marshall

Funcionalidades

Duración: 65
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: BD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 2,6 Gb

Reparto

  • Edward Martindel
  • Earle Williams
  • Tom McGuire
  • Dorothy Sebastian
  • Raymond Griffith
  • Granville Redmond

Sinopsis

En una reunión social, el anfitrión anuncia que le han robado un valioso collar de diamantes. Se apagan las luces para que el ladrón pueda devolver el collar sin ser visto, pero al encenderlas no sólo no está el collar, sino que en su lugar aparece un cadáver. Intervendrá la policía y un forense muy peculiar.

Comentarios

"Como dijo Esopo, todo el mundo disfruta de un buen asesinato... excepto la víctima." Así comienza esta comedia teñida con el más puro humor marxiano. El elemento principal es ese forense con métodos poco ortodoxos, Raymond Griffith, uno de los cómicos más desconocidos para el público de hoy y que, sin embargo, en su momento se codeó con los más grandes. Griffith había perdido la voz durante su infancia y hablaba por medio de susurros roncos, algo que nosotros no podemos apreciar, pues la película es muda.

El filme se rodó casi en un único escenario, el salón principal de una casa, donde los policías desconcertados entran y salen, los invitados son utilizados para recrear el crimen y el forense, a cargo de la investigación, observa detenidamente el cadáver y luego dice: "Esto requiere la presencia de un forense (!)". Los apagones de luz se repiten, surge el arma homicida (un cuchillo), algún invitado desaparece, el forense quiere terminar pronto porque tiene entradas para el teatro, etcétera.

Con todas esta premisas, no hace falta que os diga nada más para que sepáis que la película exprime el absurdo como su elemento principal y que todos, actores y espectadores, nos lo pasamos muy bien. Todos... menos el cadáver, por supuesto.

(Eddie Constanti)
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Ambientada el viernes 13, esta película es una deliciosa comedia/robo/asesinato/misterio con Raymond Griffith como un forense que quiere resolver los crímenes en una casa, a tiempo para llegar a la ópera. Robert Benchley escribió los intertítulos, que son muy divertidos, incluido el de no tocar el cuerpo del difunto, porque ése es un trabajo para el forense, que se vuelve más divertido con cada repetición. El poco convencional jurado reunido por la fuerza policial aparentemente está de humor para concluir rápidamente, gritando "¡Culpable!" más de una vez, ya que los sospechosos son presentados, hasta que el forense les advierte que no declaren culpable a nadie hasta que él "se lo diga".

La rutina de Griffith con una moneda de dos caras le proporciona comida tanto del lechero como del vendedor de perritos calientes del jurado. Un ayuda de cámara sordo y mudo con el que el forense se comunica a través del alfabeto manual para sordos (no podía seguir el ritmo para ver si se estaban formando palabras inteligibles, pero podía discernir la formación adecuada de letras debido a mi interés en los días de secundaria), es un buen gag, como lo es el del gato negro que deambulaba en momentos (in)oportunos. El continuo toque de silbatos después de la llegada del primer oficial de policía da como resultado que aparezcan más y más agentes. Pero el forense finalmente señala al ladrón-asesino a través de un inteligente interrogatorio psicológico y un análisis forense moderno, lo que le permite irse a la ópera con una joven exonerada por sus esfuerzos.