Comentarios
Premios
1983: 2 nominaciones al Oscar: Fotografía, Vestuario
1983: 2 nominaciones al Globo de Oro: Comedia, Actor en comedia
1983: Festival de Venecia: Premio Pasinetti a mejor película
1983: 5 nominaciones al BAFTA, incluyendo Guión original, Fotografía y Montaje
1983: David di Donatello: Mejor actor extranjero (Woody Allen)
1983: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor fotografía. 3 nominaciones
1983: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión original comedia
Contexto Histórico
Las diferentes situaciones vividas por Leonard Zelig llevan a que la historia se desarrolle en lugares tan diversos como la Alemania Nazi de Hitler o la mansión de William Randolph Hearst, el magnate parodiado por Orson Welles en Ciudadano Kane. El tiempo histórico se sitúa entre la década de 1920, pasando por la Segunda Guerra Mundial, la depresión económica en Estados Unidos y la época contemporánea (1968), donde son recogidos los testimonios de las personas.
Comentarios
* En la parte técnica, hay efectos especiales destacados como una secuencia en la que Woody Allen es superpuesto en una filmación de Adolf Hitler, de manera similar a la aplicada once años después por Robert Zemeckis en su "Forrest Gump" (1994), cuando el personaje principal se encuentra con John F. Kennedy y John Lennon entre otros.
* Para lograr una imagen sucia que se viera como las películas antiguas, los técnicos pisotearon las cintas y las ensuciaron, logrando el efecto requerido.
* Zelig se ha vuelto una película de culto entre fanáticos de Woody Allen, por su humor, su ironía y su particular aspecto visual.
Critica
Pocas películas de las realizadas hasta el momento por Allen tendrán mucho que ver con Zelig. O poco tiene que ver Zelig con cualquiera de las películas firmadas por la marca Woody Allen. En definitivas cuentas, con Zelig nos encontramos ante una cinta insólita dentro de la filmografía de Allen y de prácticamente todo el cine de los últimos 30 años. La estructura formal de sus películas queda literalmente hecha añicos. Allen emplea una fórmula poco usada, la del falso documental, para construir uno de los trabajos más ingeniosos y plenos de creatividad de toda su vida artística. Hay quien opina que en esta película que apenas sobrepasa la hora y veinte minutos se esconde el más grande derroche de imaginación del inventario de ideas Allen.
Lo visual en Zelig se impone a la palabra. Y cómo. En un homenaje claro y rotundo a los años del cine mudo, Allen ambienta en los 30 la historia de un extraño y camaleónico personaje que tiene la habilidad de asimilar las características físicas e intelectuales de toda persona con la que toma contacto. La realización constituye todo un alarde técnico de fotografía y montaje. El espectador llega a involucrarse de tal forma en lo que Allen nos quiere contar que resulta muy difícil distinguir realidad e ficción, qué es lo es del mundo tangible y qué pura invención.
El puro asombro que produce una primera visión de Zelig deja al espectador con la sensación de haber asistido a un despliegue de talento fuera de lo normal, que nos encontramos ante una de las mentes prodigiosas que el cine sólo acierta a dar cada cierto tiempo.